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Hannah Taylor, la niña que lucha contra la pobreza

6 julio 2010

Hannah Taylor con una de las huchas en forma de mariquita con la que lucha por un mundo mejor

Hannah Taylor es una niña de 12 años que vive en Winnipeg, Canadá. Cuando tenía cinco años, vio a un indigente comiendo de un contenedor y empezó a preguntarse por qué había gente que vivía así. Hannah no podía entender cómo era posible que hubiera personas sin comida y sin casa, algo que nunca le pudo contestar su madre, que le sugirió que si tanto le preocupaba ese tema quizá ella podría hacer algo por esas personas.

Al día siguiente, Hannah llegó a clase y le contó a sus compañeros el problema de los indigentes. Entre todos decidieron realizar pequeñas obras de cerámica y pasteles que fueron vendiendo para recaudar fondos para un refugio de indigentes, al tiempo que recogían ropa para ayudarles. Este pequeño gesto se convirtió en una bola de nieve que fue creciendo sin parar. Al año siguiente, con 6 años, Hannah fundaba la Ladybug Foundation (Fundación Mariquita) una organización dedicada a terminar con este fenómeno y que debe su nombre a las huchas con formaba de mariquita que Hannah y sus compañeros realizaron para recaudar dinero. Desde entonces, la Fundación ha conseguido recaudar más de 2 millones de dólares.

«Lo que espero en lo profundo de mi corazón, es que todos vean a los indigentes como personas», dice Hannah Taylor. «Ellos son iguales a ti y a mí, sólo que han caído en malos tiempos…» Por ello, la Fundación Mariquita trata de elevar la conciencia y recaudar fondos para beneficiar a los indigentes. La componen enteramente voluntarios que han sido inspirados por la amorosa visión de Hannah para que todas las personas tengan derecho a un hogar cálido y seguro.

Durante estos años, Hannah se ha reunido con el Presidente de Canadá y con varios hombres de negocio para conseguir fondos para su Fundación. Además, ha recibido varios premios, incluyendo el Premio Brick 2007, el cual es presentado a personas con una edad inferior a 25 años que han hecho una contribución significativa a las vidas de los demás. En 2007, Hannah también era la persona más joven que alguna vez fuera premiada con el Premio de las 100 Mujeres Más Poderosas de Canadá. Además, ha recibido una invitación para trabajar durante los próximos siete años con el Premio Mundial de los Niños por los Derechos del Niño.

Pero no todo han sido buenas noticias. Hannah recordaba con dolor uno de sus peores momentos desde que decidió crear la Fundación. Fue «cuando dos de mis amigos murieron por no tener un techo. Encontraron a uno de mis amigos, Patches, a la orilla del río; se había ahogado. Tenía exámenes y no pude ir a su funeral. El otro, se heló hasta la muerte porque no pudo encontrar un sitio donde dormir. Éstas son las cosas mas tristes y más duras«.

Pese a ello, Hannah sigue trabajando incansable para terminar con este problema. Cuando la fundación logre su objetivo las personas se tratarán unas a otras como si fueran de la misma familia, los sintecho tendrán hogares y no tendrán que seguir comiendo de cubos de basura. «Si en tu corazón hay algo en lo que crees y lo intentas con todas tus fuerzas, puedes ayudar a que nuestro mundo sea mejor sin importar la edad que tengas«, defiende Hannah Taylor, el claro ejemplo de que un mundo mejor es posible. Lo único que hace falta es ilusión y ganas de cambiar las injusticias que nos rodean.

Historia de un cambio posible en el control del comercio de armas

28 junio 2009

La semana pasada el mundo celebraba la Semana de acción global por las Armas bajo Control, con el objetivo de exigir un tratado internacional sobre el comercio de armas. En este contexto, se presentaba el libro «Historia de un cambio posible. 15 años por el control del comercio de armas«, en el que se repasa las claves para que en nuestro país se pasara en 15 años de la opacidad en el comercio de armas a tener una ley reguladora.

A finales de 1994, Amnistía Internacional, Greenpeace, Médicos sin Fronteras e Intermón Oxfam, coordinados por la Escuela de Cultura de Paz, pusieron en marcha la primera campaña por el control y la transparencia del comercio español de armas.  Hasta ese momento, hablar del comercio español de armamento era un tema casi tabú; quince años después todavía quedan retos que superar pero al menos ya existe una ley que prohíbe vender armas a países en conflicto, a países que vulneren los derechos humanos o que estén sometidos a embargos internacionales. Este libro explica las claves: el trabajo en red de ONG, la labor de sensibilización, el apoyo de algunos políticos y el uso de las TIC.

Esta es la historia de un cambio posible, tal como indica el título del libro; una de esas historias que hacen creer que con esfuerzo y trabajo poco a poco podemos ir construyendo un mundo mejor. “Estas campañas confirman y ejemplifican que, aunque a veces parezca algo difícil o casi imposible, los cambios son posibles”, explican las organizaciones protagonistas, que aseguran que “con el tiempo, la perseverancia y el esfuerzo colectivo de muchos, es posible transformar una realidad que afecta al conjunto de la sociedad y que tiene implicaciones a nivel global”.